El valor de lo sencillo
El comercio probablemente no exista ya, pero ahí está el anuncio, tan cuidadoso en la tipografía, tan modesto: simple pintura negra sobre el muro de la fachada y, se deduce fácilmente, sin plantillas para dibujar las letras. Las huellas en forma rectangular a su alrededor me dicen que probablemente, pasado el tiempo, hubo otro cartel o un luminoso pegado encima; quizá hubo otro comercio después de aquella Zapatería o simplemente un cambio de imagen, un cartel más «al día». Fuera como fuera ahí está hoy el cartel original, pervivencia de lo inesperado, mostrándonos tan modesto, con su cuidadosa tipografía, el valor de lo sencillo.
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[fotografía: Madrid, calle Colomer, mayo 2014 © Alfredo Aracil]
Sí, lo sencillo contiene habitualmente lo más auténtico, de mayor calidad, de mejor sabor. Lo que se ahorra en oropeles se gana en mejora del producto.
Unos viejos zapatos son algo muy sugerente, porque indican comodidad y bienestar. Un buen piropo es decirle a alguien que es para uno como un zapato viejo.
MUY BONITO
Muchas gracias. Además de gustarme el cartel en sí, me enterneció imaginar el esmero con el que en su día alguien lo pensó y lo pintó