Música y danza
Esa viga horizontal en el centro de la fotografía marca la línea donde enlazan la música y la danza: debajo de ella, el foso de la orquesta; arriba, el tapiz blanco del escenario. En el foso están terminando de colocarse ante sus atriles los músicos de la Orquesta de la Comunidad de Madrid; los bailarines de la Compañia Nacional de Danza se preparan arriba.
La imagen la tomé ayer en el Teatro de la Zarzuela, en Madrid, minutos antes de que empezara el ensayo de ‘Sonatas’, una coreografía de José Carlos Martínez sobre seis sonatas para tecla de Domenico Scarlatti (K 39, 159, 208 y 427) y Antonio Soler (R 45 y 118) de cuya adaptación y orquestación me he ocupado estos últimos meses.
No es esta mi primera experiencia con la danza, pero sí la más más apasionante. Seguí este invierno el proceso de ensayos de la coreografía, sus primeras representaciones (con piano hasta hoy), sus sucesivos retoques y adaptaciones a un número variable de bailarines… y me sumergí en la orquestación con la idea de ser tanto o más fiel a las coreografías de cada pieza que a las partituras originales.
La última semana viví los ensayos musicales en la sede de la orquesta, al norte de la ciudad, mientras sabía que los bailarines, varios kilómetros al sur, en la sede de la compañía, repasaban su ballet. Ayer fue el día que unos y otros, apenas separados por unos centímetros, minutos después de que tomara esta fotografía, se encontraron.
[fotografía: Compañía Nacional de Danza (director, José Carlos Martínez) y Orquesta de la Comunidad de Madrid (dirigida por Marzio Conti) en el Teatro de la Zarzuela, Madrid, junio 2013 © Alfredo Aracil]