Efímeros e imprevistos
Un muchacho pintado pinta a su vez un muro en una calle de París; de puntillas rubrica un nombre ¿su pintor? En Madrid, en el barrio de las Maravillas, un personaje indefinido, en elegante perfil, convierte en el marco de su retrato un abandonado expositor; durante unos días se exhibió como en el mejor de los museos.
Alguien nos invita a jugar junto al Monasterio de Uclés; una silueta en un portón tapiado, dos emplastes de argamasa, un rostro cómplice y un título: «tira tartas». En el barrio de las Salesas, en Madrid, cerca del Tribunal Supremo, unos bolardos sutilmente parecen proyectar en la acera la sombra de unos policías. Personajes, todos ellos, únicos, efímeros, anónimos, imprevistos.
[Imágenes tomadas en junio, julio, octubre de 2011 y junio de 2012 / © A. Aracil]