Imágenes junto a mi música (2). Otros encuentros: Pérez Villalta
Además de los casos comentados en la nota sobre las ilustraciones de mis discos, otros encuentros con imágenes singulares han enriquecido la pequeña historia de otras composiciones mías…
Guillermo Pérez Villata y yo nos conocimos en Salamanca en la primavera de 1984 durante un simposio, ‘La cultura española ante el nuevo siglo’, organizado por el Ministerio de Cultura (Javier Solana, recuerdo, era el ministro entonces). Yo era de los más jóvenes, si no el más, de todos los allí convocados, sin haber cumplido aún los treinta y todavía promesa… y aproveché la ocasión para, entre horas, conocer y charlar de lo divino y lo humano con mis compañeros no músicos de la ‘Sección de Artes’. Lo pasé muy bien y de allí surgió mi amistad con el pintor.
Los años siguientes, mientras él mantuvo su casa en Madrid, nos veíamos con cierta frecuencia, nos enseñábamos nuestros trabajos recién nacidos y, sobre todo, hablábamos mucho de aspectos del arte y la cultura que nos interesaban, y que eran bastante coincidentes.
Los dos sentíamos verdadera debilidad por el manierismo en todas sus manifestaciones, y hablando una tarde de la Jerusalén liberada, de Tasso, descubrimos que uno y otro habíamos hecho tiempo atrás, antes de conocernos, una obra movidos por la lectura de los mismos versos de la extensa epopeya:
Con luci ella ridenti, ei con accese,
mirano in vari oggetti un solo oggetto:
ella del vetro a sé fa specchio, ed egli
gli occhi di lei sereni a sé fa spegli.
Son del Canto XVI [vv.174-177] y describen la seducción mutua de Rinaldo y Armida, con sus miradas y reflejos, y reflejos de sus miradas, en el jardín encantado del palacio de ella, donde el tiempo no corre. Versos que encabezan la partitura de mi Sonata 2 (Los reflejos), compuesta en 1981, y que muy poco después inspirarían a Pérez Villalta la serigrafía que acompaña estas líneas.
[Otras imágenes junto a mi música, en este blog · José Manuel Broto y Alberto Corazón · Joan Hernández Pijuan · Jaime Aledo]